Drunna

Drunna

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Labios y Lenguas


No estudiaba sus fisuras, sino sus rostros, ylo que me interesabade ellos, no era tanto el rostro en sí como la boca grande y roja que había en la mitad del mismo. Y ni siquiera me interesaba la boca en su totalidad, sino sólo el labio inferior. Recientemente había decidido que el labio inferior era el gran relevador. Revelaba más cosas que los ojos. Es el labio por el que te pasas la lengua cuando estas caliente. Y en la ninfomaníaca hay una diminuta cresta de piel, apenas perceptible, en la parte superior del centro del labio inferior. (Roald Dahl "El gran cambiazo").

viernes, 6 de noviembre de 2009

LA SILLA 2

La dejo descansar, voy por una cerveza, la destapo y prendo un cigarro, malboro rojo, estoy empapado de sudor, mi bestia despierta a todo lo que da y ella, amarrada en una silla, viéndome y maldiciéndome, pero con ganas de que me la siga cogiendo.





Me termino la cerveza y el cigarro, la observo como va recuperando su respiración, dejo el envase en la mesa y la colilla en el cenicero. Me acerco a ella, le meto la mano en su sexo, toco el cordón de las bolas vibradoras y se las voy sacando poco a poco, me doy cuenta que la silla se encuentra humeda, empapada de sus jugos y que las bolas salen sin mucho problema, ella se muerde el labio inferior, me trata de morder y le arranco un suspiro y otro orgasmo y le comento: "perra, todavía no te saco todas las bolas y ya terminaste de nuevo....".



Me maldice nuevamente, termino de sacarle las bolas de su vagina, le levanto las piernas, me siento en la silla y coloco sus piernas sobre las mías, para ese entonces, ya me encuentro desnudo, le levanto la cadera, mi miembro se encuentra despierto, a su máximo, ella se da cuenta de mis intenciones y baja la cabeza para hacer espacio y no dejar que me acerce a ella, le agarro el cabello y le levanto la cabeza, ella sonrie maliciosamente y sabe que no puede hacer nada, le levanto sus caderas, me agarro a mi bestia y se la coloco en la entrada de su vagina, ella lo siente, se la paso por encima de sus labios, juego con ella, le abro los labios con la cabeza de mi miembro, pero no se la meto, ella se muerde el labio inferior, me suelta una mordida, se la esquivo, y me grita: "metemelo ya cabrón..."


Coloco mis brazos debajode sus piernas, se las levanto, coloco mi miembro entre sus labios y la voy descendiendo poco a poco, siento como mi miembro se va abriendo espacio dentro de ella, sin tanto problema porque se encuentra muy humeda, ella con los ojos cerrados, esta suspirando cada centimetro que le entra.


En eso, la dejo caer, que entre el resto de un solo golpe y suelta un grito, siento que toco pared dentro de ella. Y la empiezo a levantar y a dejar caer, que golpe mi cabeza con el techo interior que tiene ella, grita, dice que le duele, pero pide más, la levanto y la dejo caer por "n" vez y en eso, se inclina hacia adelante y suelta un ruido gutural lo que significa que tiene otro orgasmo.


Me levanto, ella sigue en la silla, con las manos amarradas por detrás de la misma, destapo otra cerveza, y me fumo otro cigarro, malboro rojo, y ella se encuentra descansando, tratando de recuperar su aliento, me termino el cigarro y conla mitad de la cerveza me acerco a ella, me mira, me pregunta que le voy a hacer ahora, le amarro las piernas, las coloco juntas y se las levanto, por arriba de mis hombros, ella grita, preguntando que le voy a hacer, le veo el coño, su sabroso coño, agarro la cerveza y se la echo encima de su coño y atráz de su trasero, en su ano, la deliciosa puerta trasera, le empiezo a lamer su coño, con sabor a cerveza, la devoro, ella grita, con las piernas arriba de mis hombros y con las manos amarradas, grita, mueve sus caderas, le meto un dedo, dos dedos, tres y cuando iba por el cuarto y el primero por la puerta de atrás, tiene otro orgamos, termina en mi cara....


Le bajo las piernas, me termino la cerveza, y saco de la mochila un dildo, aquellos que incluyen los testículos, ella que se estaba recuperando, me ve con los ojos abiertos, preguntandome "qué me vas a hacer ahora cabrón...", le desamarro las piernas, se las levanto y me vuelvo a sentar en la silla con sus piernas abiertas y sobre las mías.


Agarro el dildo, le digo que abra su boca, se lo meto por ahí, con el objeto de que lubrique, se lo saco de su boca, y me asomo a su vagina, le abro sus labios yle meto el dildo.... hasta el fondo, gracias a que tiene los testículos (imitación) no le entra todo, le sirve de tope, ella grita y trata de morderme, le levanto las caderas, ella pela los ojos porque sabe lo que le voy a hacer, le coloco mi miembro por el culo, y como todo se encuentra humedo con cerveza y sus orgasmos, no se necesita lubricante, se la coloco en la puerta de entrada, mientras que mi bajo vientre detiene el dildo que se encuetra en su vagina.


Ella grita, me pide que no se lo meta por detrás, es demasiado tarde, empieza a abrir el camino mi bestia, se siente como va abriendo las entrañas, el dildo intenta salir, por la entrada de mi miembro, pero gracias a la posición y mi abdomen bajo, se queda adentro.

Termino de entrar por detrás, ella invadida completamente, cierra los ojos, echa su cabeza para atrás y saca su lengua, empiezo a levantar mi cadera, de arriba a abajo y de adelante para atrás, ella no puede hacer nada, solamente siente.


Al mover mi miembro, siento como la otra cavidad se encuentra invadida, eso aumenta el placer, ya que la fricción con las paredes aumenta, le agarro el cinturon que tiene todavía amarrado en el cuello y se lo voy apretando, ella como en un estado sonambulo, nada más gruñe, al sentir que el cinturon aprieta su cuello y disminuye su respiración, aumenta su exitación, el movimiento de mis caderas aumenta, ella mueve las suyas solicitando más y busca que el apriete más el cinturón, los dos buscamos movernos más, y en eso, llego al punto del no retorno....


Termino detrás de ella, al sentir como voy eyaculando y llenandola por su puerta trasera, empieza a palpitar su ano, sus labios también palpitan se contraen y empieza un orgasmo de historia, su ano se contrae, se abre y se cierra, ella abre los ojos, mira sin mirar y suelta un alarido, siento como me empapa mi entre pierna, se recarga enmi, tiembla toda ella, sus ojos con esa mirada profunda que tienen las mujeres después de varios orgasmos y que nos hacen perdernos, se saco mi miebro, le saco el dildo y la desamarro.


La llevo cargando a su cama, destiendo las sábanas y cobijas y la acuesto, la tapo y ella se pierde en el sueño, voy al comedor, abro otra cerveza y prendo otro cigarro malboro rojo....

lunes, 19 de octubre de 2009

LA SILLA

Fui a visitar a mi amiga, vivía, en aquellos tiempos, por el rumbo de Cuautitlán, a las afueras del DF. Llegando a su casa, nos saludamos de beso y me invitó a pasar a su casa; ella, en esos tiempos, vivia sola, su hija se iba los fines de semana a ver a su padre.


Empezamos a comer, ya que había comprado comida, no era buena para cocina, después de comer, empezamos a beber cerveza, una nos llevo a otra y así sucesivamente, por fortuna, ya contaba con un cartón de cervezas (para aquellos que no saben e, cartón contiene 22 cervezas), y bebimos y platicamos en el comedor de su casa.


Después de la quinta o sexta cerveza, supongo, empezamos con el cachondeo, los besos, los agasajos, todo eso lo haciamos para subir la temperatura del ambiente.


Seguimos platicando, besándonos y bebiendo, al ir subiendo de tono, poco a poco nos ibamos quitando la ropa, o mejor dicho se la iba quitando y me la iba quitando, la blusa, la camisa, los zapatos, etc.


En un momento dado, ella me comenta que le gusta la forma en como abuso de ella, que le excita que la obligue, ella, se encontraba únicamente con su brassiere, por la parte de arriba y su pantalón y trusa por la cintura hacia abajo.


Después de que me dice eso, me levanto del asciento en donde me encuentro, voy hacia donde ella estaba y tomo con mis manos su cara, le doy un beso profundo, le muerdo levemente los labios y le acaricio el cabello, la miro a los ojos y veo como sus ojos se convierten en profundos pozos, y sus labios entreabiertos pidiendo otro beso.


Le tomo sus manos suavemente y se las paso por atrás de la silla, en una forma en que no la lastimen pero también en donde se las pueda inmovilizar, me quito el cinturon y le amarro ambas manos con el respaldo de la silla.


Ella, al darse cuenta de su posición, abre sus ojos, llenos de sorpresa y me llena de insultos....


Me levanto y le doy una cachetada en el rostro, le queda roja la cara, sus ojos brillan con lujuria, me vuelve a insultar, buscando otra cachetada en el rostro, veo su juego y no la hago esperar por su dotación, le suelto otra cachetada a la cara, ella se excita más, mueve su cadera, buscando algo....


Le arranco el bra, lastimándola con el tiron, grita, sus vecinos no la pueden escuchar porque he subido el volumén del radio, sonando canciones de los caifanes y de soda estereo. Me paro enfrente de ella, me busca morderme, le agarro el cabello y se lo tiro de una forma violenta para que me vea y comprenda quien está al mando....


Salgo al coche por algunos utensilios, ella me grita que no la deje así, regreso y con un pequeño látigo, le pego en sus senos diciéndole que yo soy el que mando.


Le pego varias veces, ella grita y trata de safarse de la atadura, para eso, ya había reforzado el amarre con cuerda. Me paro enfrente de ella y le desabrocho el pantalón, ella forcejea con las piernas, y después de una certera cachetada, permite que le quite los mismos, con sus trusas....


Le amarro las piernas a las patas de la silla, su sexo esta expuesto, saco un juguete de la mochila que había recogido en el coche, saco unas bolas chinas, y con un poco de gel, se las voy introduciendo poco a poco, le tapo su boca con sus calzones... al terminar de colocar las bolas dentro de su vagina, las cuales, se encuentran conectadas a una pequeña bateria, la hago que vibren, ella empieza a sentir dicha vibración dentro de su vagina, gime y busca desamarrarse..... aumento su velocidad, agarro otra cerveza y prendo un cigarro y me siento para ver dicha situación.


Juego con la intensidad de las bolas, aumento o disminuyo la vibración, ella desesperada, busca el orgásmo, cuando se encuentra a punto de llegar, le bajo la intensidad o le agarro el bello púbico para arrancárselo o le hecho cerveza fría entre sus labios inferiores...

Ella, me ve con odio, con pasión y excitación, buscando que le de oportunidad a ese primer orgásmo...


Al terminar mi cerveza, me levanto, me paro enfrente de ella, le quito la cuerda que asegura su truza dentro desu boca y le destapo la misma, me suplica que le de oportunidad de llegar a ese orgasmo, sin embargo, me bajo el cierre y me saco a la bestia, mi bestia queda a la altura de su boca, la tomo de la nuca, ella trata de evitar el encuentro, pongo a máxima la vibración de las bolas, ella abre la boca gritándo, y en ese momento, le meto mi verga dentro de su boca, hasta el fondo.... ella siente ganas de vomitar.... con una mano controlo su cabeza, por la nuca, con la otra le pellizco sus pezones y manejo el control....


Después de varias veces que le metí la bestía en su boca, voy hacia la cocina a buscar algún aditamento, y encontre pinzas para colgar la ropa, tomé algunas de ellas, regrese, y ella suplicando el primer orgásmo, pero con miedo al ver que estaba ocultando con mis manos....


Le coloco la primera pinza en uno de sus pezones, ella grita, le coloco en el otro pezón, ella jadea... le vuelvo a agarrar la cabeza, le aumento la intensidad de las vibraciones y se la meto en la boca y con un cinturon, le amarro el cuello, le aprieto un poco, que sienta la asfixia....


Tengo a mi bestia entrando y saliendo de su boca, la vibración de las bolas al máximo y un poco paretada su garganta, le dejo que tenga su primer orgasmo, siento como me quiere morder con sus dientes a mi miembro pero le aprieto más su garganta y oigo como cae sus líquidos al suelo, como si orinara.... un orgásmo encantador.....


Le saco mi miembro de su boca, le aflojo el cinturon en el cuello y apago la vibración de las bolas....


Se relaja.....


(continuará)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pensamientos

Al empezar a escribir en este blog, acerca de mis experiencias y/o fantasias eróticas, no creí llegar el momento en reflexionar acerca de lo mismo.


El escribir estos relatos me ha ayudado a liberar algún sentimiento o emociones que he guardado por mucho tiempo, ya que el no platicarlos, por considerar que son privados o fantasiosos, el no poner en riesgo la integridad ni los nombres de las personas implicadas, ni mucho menos platicar de estas experiencias con mi esposa, me ha impedido liberarme de esa carga.


Los siguientes relatos que escriba, son algo añejos, que pasaron en algún momento de mi vida, o en algún pensamiento que tuve, que me ayudarán a sacar todos esos recuerdos, y como dice Don Juan Matus, liberarme de mi historia personal y vivir la vida de una forma más ligera.


Sin rencores, sin abusos, sin otro fín que el escribir.

lunes, 12 de octubre de 2009

TABLE

Fuimos, ella y yo, al lugar de costumbre, a la cantina que se ubica en la Zona Rosa para cargar baterías. Salimos de ahí un poco alcoholizados. Caminamos por el área buscando un lugar que nos pusiera a punto. Entramos en un antro homo, buscando una pareja lesbi para un encuentro, ya que ella, en ese momento era un homocurios. En el antro homo, no encontramos a la candidata por lo que procedimos a retirarnos.


Al seguir caminando, ya para eso eran como las dos de la madrugada, nos abordó un llamado tarjetero, que nos invitaba a un antro a bailar. En ese momento le pregunte a ella si había entrado alguna vez en su vida a un table, contestando negativamente, a lo que comente si le gustaría entrar y que le bailaran, en ese momento sacó la lengua entre los dientes, señal de que ya había prendido en su eros.


Le pregunte al tarjetero si conocía alguno en el área en donde podría entrar con mi mujer, llevándonos a uno del otro lado de Insurgentes; un lugar lleno de hombres de traje, lleno, olía a alcohol, cigarro y mujeres. Las mujeres bailando en las diferentes pistas que hay en el lugar. Nos sentamos en una mesa, cerca de la pared, para poder controlar cualquier situación, ya que al entrar todos los comensales nos voltearon a ver en forma lujuriosa.


Ella se puso nerviosa por el lugar, ya que a parte de estar lleno de personas, estaba abierto a todas las miradas y no había privacidad alguna. Por lo que decidimos salirnos y buscar otro más privado. Regresamos a la zona rosa y por la calle en donde entrábamos al área encontramos otro, discreto. Preguntamos si podía entrar mi pareja a lo que los cuidadores de la puerta comentaron que no había ningún problema.


Entramos al lugar, había poca gente, un lugar discreto. Ya que los clientes que había no se fijaban en quien entraba o salía, solamente en su asunto, por lo que le dio confianza. No sentamos y pedimos unas bebidas para cada uno. Estábamos viendo el show de las mujeres, y le pregunte quién le gustaría que le bailara.


En la pista se encontraba una mujer como de treinta años, morena, de piel suave, cabello negro quebrado, sensual, senos firmes y un rico trasero. Los labios ricos. Le fascinó. Me comentó que ella le gustaba, por lo que le pregunté a la boletera si podía comentarle a la mujer señalada si le gustaría hacerle un baile a mi mujer.



Al terminar su show, la boletera se le acercó y le preguntó si estaba dispuesta a bailar para una mujer, y nos señalo, cuando la observé que había sonriendo, supuse su aceptación, viniendo a nuestra mesa desnuda, le preguntó el nombre a mi pareja y se sentó sobre sus piernas de frente, y con la música de fondo empezó a bailar.



La bailarina le empezó a bailar en forma sensual, dejando caer sus hermosos senos a la cara de mi mujer quien empezó a tocar sus piernas y su hermoso trasero. La acarició totalmente. La bailarina seguía moviéndose eróticamente, rotando su cadera sobre la cadera de mi mujer, alzando los brazos para que sus pechos lucieran amplios, mi mujer la tocaba, la acariciaba, la besaba sus senos, sus pezones parados, le olía su olor se excitaba, seguía la música, seguía el baile.


Por mientras yo, al observar a las dos mujeres tocándose, acariciándose pensé que ésto es lo más cercano al cielo. Me toque mi entre pierna y ví que mi miembro había despertado y que quería participar en las caricias.




Termina la música y el tiempo, la bailarina se acomoda el cabello, le sonríe a mi mujer y le da un beso sensual en los labios, alcanzo a ver sus lenguas tocarse una a otra. Salimos de ahí en silencio, ella pensaba en su experiencia, en el olor de esa mujer, en su tacto y yo en la escena que pude presenciar.

lunes, 28 de septiembre de 2009

LAS CUERDAS

Vamos caminando por las calles de Coyoacán, en la Ciudad de México, ella va enojada, mal humorada, sin explicación alguna, me detengo en un puesto en donde venden lienzos tejidos tipo bufandas pero más delgados, compro dos de color negro; ella me voltea a ver con más rencor.
Tomamos un pesero para ir a la Av. Tlalpan, nos introducimos en el hotel de costumbre, ella sigue de mal humor, con cara de “que estoy haciendo aquí”. Nos desvestimos y en el momento en que ella se acuesta sobre la cama, saco los lienzos tejidos y con una amarro su muñeca derecha con su tobillo derecho y con la otra amarro su muñeca izquierda con su tobillo izquierdo, cuando ella se da cuenta de la situación, se sorprende de que se encuentra totalmente a mi disposición.
Empiezo a besarla, ella no puede usar sus manos y tampoco puede cerrar las piernas, la mantengo boca arriba; tomo sus hermosos pechos y los empiezo a besar y a estrujar entre mis manos, ella comienza a gemir y a solicitar que la desamarre, lo cual no cumplo con su petición.
Mi bestia empieza a crecer poco a poco, ya que la situación es de lo más erótico posible, las ganas de penetrarla aumentan a cada segundo, sin embargo, sigo recorriendo su cuerpo con mis manos y con mi boca; ella, con los ojos cerrados, gime y solicita que le introduzca mi bestia.
El animal esta despierto totalmente, buscando entrar en cualquier orificio, por lo que me subo a sus hombros, pongo mis rodillas alrededor de su cabeza y le tapo la nariz, lo que hace que abra su boca para poder respirar y en eso le introduzco la bestia hasta el fondo de su boca; ella, abre sus ojos debido al tamaño de la bestia, la cual toca sus anginas y su campana provocando el vómito en ella. A cada horconada saco a mi bestia para que ella se recupere.
Con las manos amarradas no puede defenderse. Continúo con la sesión de amor oral o sexo oral, hasta que tiene la tercera horconada, por lo que me coloco entre sus piernas para penetrarla sin miramientos, ya que se encuentra totalmente húmeda.
La penetro de un solo golpe y ella gira su cabeza hacia arriba e inmediatamente tiene su primer orgasmo, siento como su vagina palpita, como corre su líquido a través de mi miembro y grita y, lo peor o lo mejor, es que no puede estirar las piernas debido a que las tiene amarradas con sus manos.
Coloco mi mano debajo de su cintura, con la cual se la levanto y penetro un poco más, me muevo de diferentes formas, lento, rápido, en forma circular, y ella llega a su segundo orgasmo.
Al terminar ella con su orgasmo, sin tregua alguna, meto mi dedo por su puerta trasera, y como se encuentra amarrada, no puede hacer nada para evitarlo; mi miembro se encuentra dentro de su vagina, y mi dedo la perfora por la puerta trasera. Mi dedo toca a través de la pared que divide la vagina con el ano, mi miembro el cual se muestra más duro que al principio por tanta excitación. Me muevo en forma violenta, más y más rápido, escucho únicamente sus quejidos y respiraciones entre cortadas. Cuando saco mi dedo de su puerta trasera viene su tercer orgasmo. Su vagina palpita tratando de sacar de su espacio a la bestia, trata de estirar sus piernas pero no puede, trata de mover sus brazos pero esta impedida y lo único que hace después de terminar con su orgasmo es maldecirme.
La volteo y la coloco en posición de cuatro puntos, solo que en esta ocasión, sus brazos se colocan por dentro de sus piernas y como no se puede sostener con los mismos, su cara da sobre la cama. La observo mientras que con una mano me toco mi miembro viril, observo que esta completamente expuesta. Veo sus labios hinchados esperando que entre la bestia, pero también veo su entrada prohibida, su puerta trasera, la cual también me llama a penetrarla.
Decido penetrarla normalmente, la tomo por las caderas y ella, que se encuentra en una situación de letargo, indefensa completamente, únicamente logra sacar de su boca un ligero quejido, con una mano controlo sus caderas y con la otra, agarro su cabello y trato de levantar su cabeza, lo que no se puede debido a su situación.
Empiezo a moverme rápidamente y siento que le llega su cuarto orgasmo, me corta la inspiración debido a que busco terminar y como ella tuvo su orgasmo, su vagina se afloja, así como su cuerpo, por lo que la volteo boca arriba y observo que tiene los ojos cerrados, los labios de su boca abiertos, la lengua entre los dientes, la penetro de un solo golpe y coloco su rodilla izquierda sobre mi hombro, lo que le provoca cierto dolor mezclado con un placer sexual.
Empiezo a moverme y encuentro ese punto especial de sensación, con el cual me acerco a la eyaculación, lo mantengo, lo sigo trabajando, ella se convierte en un instrumento, me muevo más rápido, paso el punto del no retorno y empiezo a llenar su vagina con mi semen.
Ella logra su último orgasmo, el sudor nos cubre a los dos, sin salirme empiezo a desamarrar sus manos, ella ya no reacciona, simplemente se encuentra perdida. La desato completamente, me salgo de ella y la cubro con las cobijas de la habitación, se queda dormida y yo la admiro cubierto de sudor y de un extraño placer.

viernes, 4 de septiembre de 2009

esensia sumisa: Pasion

esensia sumisa: Pasion

JUGUETES SEXUALES

Un sábado por la tarde, ella y yo caminábamos por la zona rosa cuando pasamos por enfrente de una sexo shop a donde decidimos entrar para ver las novedades. Cuando estábamos enfrente de los juguetes sexuales, nos encontramos con un dildo delgado y corto, ideal para el juego en la puerta trasera. Decidiendo en eso momento en adquirirlo.
Nos fuimos al bar acostumbrado en donde ella se tomó sus palomas con tequila y yo mis respectivas cervezas. Al ponernos al punto las bebidas alcohólicas, decidimos salirnos para empezar con la ronda en la muy conocida zona rosa.
Al estar en condiciones para empezar con nuestros juegos eróticos, procedimos al hotel más cercano de la zona rosa, al llegar solicitamos una habitación, en donde empezamos con nuestras perversiones. Comenzamos como toda pareja de amantes que tienen la idea de regresar a los lugares de trabajo, nos desvestimos.
Siempre que ella esta en ropa interior o desnuda, mi bestia empieza a despertar, poco a poco solicita que se le libere de la prisión que es la trusa. Me acerco a ella, tomo uno de sus pechos con una mano, le cubro parcialmente, dejando su sensual pezón entre mis dedos, para poder besarlo, mientras que con la otra mano, le rodeo su cintura y atraigo su cuerpo junto al mío.
Le baje su calzón, sintiendo sus hermosas nalgas entre mis manos, y besando su deseable boca, la acuesto sobre la cama, mientras ella me abraza y toca mi espalda. Coloco una pierna entre las suyas, con el propósito de que con ese muslo le rose su zona prohibida. Mientras que con su muslo, va tocando y motivando a la bestia, besándonos todo el tiempo.
Cuando la bestia esta en su esplendor, así como ella húmeda y con el movimiento de sus caderas solicita la intromisión a su ser; me coloco en posición y sin miramientos le introduzco de un solo golpe a la bestia, provocando en ella un hermoso quejido, su movimiento de cabeza hacia arriba y los ojos cerrados.
Me salgo de ella, me coloco en la tradicional posición número 69, ella boca arriba, con mis piernas detengo sus brazos, la inmovilizó. Le introduzco mi miembro en su boca, miembro que escurre de sus jugos entra hasta el fondo de su boca. Mientras ella se atraganta con la bestia, yo me inclino y empiezo a jugar con su hermoso y sensual pozo. Su hendidura del deseo. Sus labios de mi perdición.
La penetro con el dildo, juego con ella, se lo meto y se lo saco, dejo que se empape de sus líquidos, oigo sus quejidos, no se si se debe al juego que hago entre sus piernas o porque mi miembro llega hasta el fondo de su boca.
La coloco sobre la cama, sobre sus manos, pies y rodillas, en posición de seis puntos, la penetro con mi miembro por atrás…. Ella gime y levanta la cabeza, lo que aprovecho para agarrarle el cabello y tirárselo para atrás; ella se excita con la acción, me muevo más rápido cada vez más rápido. Ella se deja llevar y cierra los ojos, quiere hacer la cabeza para adelante pero no puede porque la tengo agarrada por los cabellos y se los jalo para que no se le olvide quien es el que lleva el control. Ella empieza a temblar, empieza a quejarse cada vez más, empieza a insultar y solicitar que la deje, en eso comienza a palpitar su vagina, siente que se desmaya, pero la obligo a mantener la posición, empieza con el orgasmo, siento que me quiere tragar a mi miembro, a succionarlo y en eso, siento como comienza a recorrer un líquido entre mi miembro y mis testículos.
En ese momento de distracción por parte de ella, aprovecho y coloco el dildo en la entrada de su puerta trasera, ella tratándose de recuperar, se voltea para ver que es lo que estoy haciendo y a instante de que abre la boca para reclamar, le introduzco el dildo por su erótico hoyuelo, mientras que la bestia reposa adentro de su vagina.
Se lo voy introduciendo, ella gime y baja la cabeza, la bestia siente una intromisión del otro lado de la pared, se siente extraordinariamente bien; ella se encuentra al borde de la locura. Al terminar de penetrar todo el dildo, dejando únicamente afuera el tope que tiene, la agarro nuevamente de su cabello y empiezo a galopearla nuevamente, con el efecto de que en cada embestida, no solamente penetra mi miembro, sino que con mi abdomen empujo el dildo y así, al unisono entramos y salimos de los dos orificios.
Ella se deja llevar, no opone resistencia, esta al borde del desmayo, yo sigo cabalgando cada vez más rápido, estoy llegando al punto del no retorno, todavía puedo detenerme para continuar con la sesión, sin embargo, la sensación de que algo que se encuentra dentro, del otro lado de la pared y esta rozando a mi miembro es algo única, por lo que decido continuar hasta llegar al punto del no retorno y exploto en una eyaculación fantástica. Mientras ella, se encuentra en un estado de letargo, únicamente se encuentra murmurando, sintiendo como la estoy utilizando. Al terminar, saco mi bestia de su vagina y el dildo de su puerta trasera; ella se acuesta, la tapo y se queda profundamente dormida.

martes, 25 de agosto de 2009

LA CABINA

Ella y yo estábamos caminando, un sábado a medio día, por el centro de la ciudad de México, cuando empezamos a comentar cosas lujuriosas, por lo que caminamos con dirección al cine Tteresa, con el propósito de entrar juntos a una sesión de películas porno. Al llegar a la entrada, el encargado de recoger los boletos nos permitió entrar con el propósito de revisar la seguridad del lugar, el cual no nos pareció adecuado para los propósitos que buscábamos, por lo que procedimos a salir del cine.
Por lo anterior, nos dirigimos a la llamada plaza del sexo, ubicada sobre el eje central, cerca de la estación del metro torre latino; al llegar al lugar, subimos al piso donde se encuentra el cine y pasamos a sentarnos en la parte central de las butacas, cuando observamos que todos lo que se encontraban en el cine eran hombres, quienes, como perros en carnicería, no quitaban los ojos sobre ella, por lo que consideramos un poco inseguro y procedimos a salirnos del lugar.
Al salir, los dos ardíamos de lujuria, por lo que recorrimos la plaza para buscar un mejor lugar y nos topamos con un local, el cual, renta cabinas en donde transmiten diferentes canales de cine porno, hetereo, lesbi, homo, sado, etc., por lo que rentamos una mientras que los dependientes nos observaban con tranquilidad.
Nos llevaron a la cabin rentada, la cual no pasaba de 1 metro cuadrado, las paredes obscuras, con una pantalla de televisión en donde proyectaban las películas pronográficas, semi oscuro, las paredes negars y la única luz era la que proyectaba la pantalla.
Al momento de entrar, la cabina previamente lavada y desinfectada, entramos y cerré la puerta, al percatarme de las cosas que ya he descrito, la senté en el banco, escogí una película porno, ella pidió una porno homosexual, le concedí el capricho, me baje los pantalones, y le puse la bestia en la boca. Ella sorprendida abrió los ojos y viendo la bestia y viéndome a mí, por lo que le agarre la cabeza con la mano derecha y con la izquierda me agarre la bestia y la apunte a su boca, la empuje y ella tuvo que abrir la boca, metí la bestia en su boca y ella cerro los ojos. Buscaba que entrara toda la bestia en su boca, lo cual lo logre al momento en que sentí como llego al tope de sus anginas, lo que provoco una horconada por parte de ella. Se lo saque de su boca con el objeto de que se recuperara y se lo volví a meter en su boca, ella únicamente me observaba.
La bestia obtenía su máximo crecimiento por lo que procedí a que se levantara, le puse con la cara a la pared, le baje los pantalones y los calzones, en ese momento, me percate que la película pornográfica que estaba pasando en ese momento era, evidentemente, de homosexuales, como ella lo había solicitado, en la cual se podía observar que un hombre estaba penetrando por el ano a otro y ella estaba observando tanto la película como lo que estaba haciendo.
Decidido a todo, le puse mi miembro en la entrada de su ano, en ese momento me miro con ojos de sorpresa, con una mano sostenía a la bestia y con la otra agarre sus caderas, empuje hacia delante y al mismo tiempo la jale hacia mí, y la bestia abrió su pequeño orificio, originando un erótico quejido por parte de ella. Sentía como entraba palmo a palmo abriendo el pequeño túnel, al introducir totalmente mi miembro, ella tenía las manos elevadas sobre la pared, y la cara viendo hacia el techo.
Al sentir seguro la penetración, con la mano que estaba agarrando a la bestia, asegure su cabellera entre mis dedos y la jale hacia mí, con el propósito de besarla en la boca, ella ardiendo de lujuria, torció su cuello y me regalo un erótico beso. Con la otra mano esta jugando con sus sensuales pechos.
Al irme moviendo de atrás hacia delante, sentía como la bestia salía y entraba de su pequeño orificio, cuando hacia el moviendo hacia afuera ella movía sus músculos para que no se escapara ese pedazo de carne que tenía por atrás, arañando la pared que se encontraba al frente de ella. Sus quejidos se confundían con los quejidos que salían de la pantalla en donde estaba proyectándose la película homosexual.
Al estarme moviendo con mi miembro introducido en su puerta trasera, con una mano jalando su negra y hermosa cabellera, y con la otra manoseando sus sensuales pechos e introduciendo de vez en vez los dedos en su húmeda e hinchada vagina, sentí como de repente se contrajo su ano, ella detuvo la respiración, clavo sus dedos en la pared y emitió un quejido seguido de un alarido y tanto su vagina como su ano empezaron a palpitar, lo que significa que ella estaba gozando de un increíble orgasmo, por lo que procedió a maldecirme, sin embargo, como yo no había acabado, le jale la cabellera hacia atrás con el objeto de que se callara.
Empecé a moverme más rápido, con una mano controlaba los movimientos de su cabeza, ya que la tenía agarrada de su cabellera y la otra mano, la coloque alrededor de su cuello, el cual iba apretando poco a poco, la tenía a mi merced, ella se quejaba más y más, arañando la pared y moviendo sus sensuales caderas hacia mí. Lo que provocó que me excitara y pasara el punto del no retorno, terminando dentro de ella.
Al relajarnos, nos acomodamos la ropa, y salimos de la cabina, en ese momento nos percatamos de que estábamos totalmente sudados. Pasamos enfrente de las personas encargadas del local, con el cabello húmedo, la ropa mojada y con la cara de satisfacción que no se podía evitar.

jueves, 13 de agosto de 2009

EL MASAJE

Nos encontrábamos en un pequeño hotel en Tepoztlán, estado de Morelos, en donde, a parte de las habitaciones, dan un excelente servicio de masajes y temazcal. Llegamos al hotel un viernes y reservamos el servicio de masaje para ambos para el sábado y únicamente para ella el servicio de temascal.
Después de pasar una excelente noche de pasión y sexo, el sábado nos dispusimos a salir al centro de Tepoztlán para desayunar; al regresar al hotel para el servicio de masajes, ella se percato de que las masajistas eran dos mujeres atractivas, por lo que conociendo a la bestia no quiso correr algún riesgo, ya que al que le van a dar el masaje tiene que estar desnudo y únicamente se le tapa con una sabana blanca, por lo que me puso a masturbarme delante de ella.
Masturbarme es uno de los placeres solitarios que tengo, pero hacerlo delante de ella no se me había ocurrido, por lo que lo considere pervertido y caliente, por lo que inicie con el procedimiento.
El masturbarse requiere de ciertas técnicas, para algunos hombres no funciona lo que para otros si; para mi caso, yo requiero follarme a la almohada, la coloco doblada a la altura de mi pelvis, me acuesto encima de ella y empiezo a presionarla con mi cadera e incluso, el algunos casos, todo mi cuerpo participa.
Me desnude y coloque la almohada como lo había comentado, así que empecé a presionar a la bestia e imaginar que estoy penetrando a mi pareja, que la amarro y la obligo, que ella jadea y trata de evitar la penetración. La forzo y la penetro. Mientras me imagino eso, ella me observa con su lengua entre sus sensuales labios, tocándose la parte que se encuentra entre sus piernas. Al momento que la bestia empieza a jadear, señal que ya voy a eyacular, ella se acerca, me volteo hacia arriba, agarra a la bestia con su mano derecha, sus ojos llenos de pasión y lujuria observan a la bestia, se le acerca, se lo mete a la boca totalmente y en ese momento, no aguanto más y dejo que el cuerpo expulse mi líquido, tragándolo todo, sin dejar que nada se le salga de la boca.
Succiona a la bestia, se ayuda con una mano para sostenerlo y con otra me agarra los testículos y trata de jugar con ellos, masajeándolos, buscando la forma de exprimir el asunto, mientras yo jadeo y disfruto la descarga.
Al terminar, me doy cuenta que estoy completamente empadado de sudor y ella, con una mirada triunfadora, saboreando su comida. En eso, llaman a la puerta de nuestra habitación y me indican qne es mi turno para el masaje, me pongo un short y una playera y me dirijo al masaje descargado totalmente.

jueves, 30 de julio de 2009

EL BAÑO

Entramos a la habitación del hotel, dispuestos a pasar una noche agradable. Sacamos el tequila y el agua de sabor en bajas calorías para mezclarlo con la bebida. Empezamos a beber y a desinhibirnos, busque en la televisión de la habitación un canal en donde pasan videos musicales, lo encuentro y dejo ahí la emisión.
Ella se pone comoda, se quita la ropa y se queda en ropa interior, un brassiere de encaje blanco y unos canzoncillos que se esconden por la parte de atrás, en medio de sus dos hermosas nalgas, se sienta en uno de los sillones que hay en la habitación y con una copa en la mano me pide que le baile.
En ese momento, en el canal de videos, pasan uno de Ricky Martin, quien por cierto, es el cantante favorito de ella, por lo que le comentó en ese momento que mientras él le canta yo le bailo, sonriendo ella en forma provocativa.
Empiezo a bailar, a mover mi cuerpo al compás de la música, me quito los zapatos, la camisa, los pantalones quedándome en calzones. Para ese momento ya llevábamos tres copas de tequila cada uno y dos cigarros. Al quitarme los calzones, mi bestia salio embravecida de su prisión. Pasándosela enfrente de su cara. Ella sin quitarle la vista ningún momento miraba a la bestia y se pasaba la lengua entre los labios, al mismo tiempo se metía una mano debajo de su trusa y con la otra detenía la copa.
En ese instante se terminó su copa, exigiéndome que le sirviera otra más, le tome el vaso, le serví el tequila más el agua de sabor bajo en calorias, metiendo mi bestia en la bebida para revolverla adecuadamente, lo que ocasionó un aumento en la exitación por parte de ella.
Al momento que le entregue la copa, ella continuaba sentada, me pare enfrente de ella, con una mano le sostenía la copa y con la otra a la bestia en su maximo esplendor. Ella, en ese momento, no sabía que tomar, si la copa en donde había metido a la bestia o la bestia, de la cual escurrían gotas de la bebida. Con una mano tomó la copa y con la otra a la bestia, la cual se la llevó a la boca, metiéndosela toda. Con la copa en la mano empezó a succionar a la bestia de una manera increible. Veía como entraba y salía mi miembro de sus labios y llegaba hasta el fondo de su boca, más allá de la campana.
Después de haber succionado por varias veces a la bestia, interrumpío la acción para meter nuevamente mi miembro en su copa, para mezclar mejor la bebida, dándole un profundo trago a la misma y nuevamente empezó a succionar a la bestia.
La levante, le quite lo poco de ropa que le quedaba, le quite la copa, la carge y la puse en la mesa de centro, oí su protesta, ya que ella estaba marcando el paso, le subí las piernas a mis hombros y con la bestia lista para empalar, la introduje en su abertura, la cual ya estaba deseosa de ser invadida, debido a su humedad y su hinchazón. Empecé a sacar y meter a la bestia con un movimiento lento de su seductor pozo. Mientras tanto ella me veía con odio y pasión, protestándo pero temblando al mismo tiempo. Le agarré la cabeza para forzar a sus labios que besarán los míos. En ese momento, su vagina empieza a palpitar, como si quisiera succionar o sacar a la bestia que la invadía, y después de eso la "petit mort".
Después del primer trance, la acosté sobre la cama, saque el aceite de sándalo y empecé a darle un masaje por todo su seductor cuerpo, bendito cuerpo. Empecé por los pies, entre sus dedos, sobre la planta, seguí por sus tobillos, continúando por sus pantorrillas. Llegue a sus muslos, en donde me detuve un poco para trabajarlos más. Seguí por sus nalgas y su abdomen, hermoso abdomen, el ombligo es la invitación al pecado. Seguí escalando por su espalda, apreciándo su cuerpo, erótica espalda. La voleto boca arriba y trabajo en sus sensuales pechos, dos pequeñas colinas. Sus dos pechos invitan a tocarlos, besarlos, acariciarlos, contemplarlos, con sus hermosos pezones rodeados por su aureolas.
Al terminar con sus pechos, ella estaba con la respiración entre cortada, continuando consu cuello, delicado cuello.
Al terminar el masaje, ella solicitó que me acostara boca arriba para proporcionarme un masaje, era mi turno, así que seguí sus instrucciones, y sentí como empezó con mis pies, piernas, siguiendo todo el cuerpo.
Cuando terminó el masaje, regreso a la bestia, la tomó entre sus manos y la empezó a acariciar, como a una pequeña mascota, poco a poco se iba despertando la bestia. Ella se acerco a la bestia para hablar con ella, besarla y pasar su lengua por toda la cabeza, metersela en la boca, volverla a besar y otra vez pasar la lengua por todo el cuerpo de la bestia. Al no aguantar más, la tome de la cabeza e hice que se la metiera toda en la boca, creciendo la bestia dentro de ella, llegando hasta la garganta. En ese momento la solte y ella procedió a empalarce por ella misma.
Se sentó arriba de la bestia, poco a poco iba penentrándola, hasta llegar al fondo, soltándo un suspiro y una maldición. Empezó a moverse lentamente, arriba y abajo, poco a poco, sintiéndo como la bestia abria el espacio, sus entrañas. De un momento a otro, aumentó el ritmo de sus movimientos, los cuales la llevaron a tener un orgásmo profundo, empapando a la bestia de sus líquidios. Antes de cambiar de posición, tomé sus piernas, las hice que se cruzaran sobre mi abdomen, tocándose las plantas de los pies consigo mismas, y como esta posición provoca que la bestia entre lo más profundo que pueda, le provocó otro profundo orgásmo.
La acosté boca arriba, puse sus piernas alrededor de mi cintura y la penetré sin miramientos, moviéndome rápido y fuerte. Su cuerpo brillaba por el aceite yse resbalaba de una manera exitante, teniéndo su siguiente orgásmo. Al terminar este episodio, decidímos tomarnos un baño, ya que nos encontrábamos llenos de aceite e ibamos a ensuciar la cama, en donde pasariamos la noche.
Al entrar a la regadera, con el agua caliente corriendo, escuchamos que en la habitación de a lado, se encontraban varios hombres, quienes tenían una pequeña fiesta entre ellos, lo que nos excitó más.
Al estarnos ballando, yo la estaba enjabonando la espalda, cuando comentó que sentía su exitante trasero lleno de aceite, por lo que me ofrecí lavárselo, aceptándo mi propuesta, por lo que llene de jabón a la bestia, la cual se encontraba a su máximo esplendor y se la introduje por la puerta de atrás, sorprendiéndola. Los quejidos de ella se mezclaron con los quejidos de los vecinos, que algunos de ellos, también se encontraban en su baño y la ventilación de ambos cuartos se conectaban al mismo cubo.
Entraba y salía de su puerta trasera, ella, sorprendida, volteaba a verme con la pregunta en sus ojos de ¿qué estaba haciendo? Mientras que su boca emitía quejidos. Continúe invadiéndola por atrás, ella se agarraba de las llaves de la regadera y de la jabonera y volteaba la cabeza al cielo. Yo seguía con la invasión, veía como la bestia entrabay salía de su ano. Ella se mordía una de sus manos para que no salieran sus quejidos y con la otra arañaba la pared. El agua de la regadera nos caía sobre los dos, los ruidos del baño vecino se confundían con los ruidos que emitíamos, hasta que en ese momento, sentí como su vagina y su ano empezaron a palpitar. Ella sentía que sus piernas se le doblaban, se mordía el labio inferior y se agarraba fuerte de las llaves de la regadera para así sostenerse. Al terminar con su orgásmo, se volteo a verme con una mirada tan profunda que solo una mujer que acaba de tener un orgásmo la puede dar, se saco a la bestia, se volteo me dio un produndo beso y nos dimos un amoroso abrazo. Nos terminamos de bañar, lavamos muy bien a la bestia y nos regresamos a la cama.
Ella agotada de la actividad de esa noche, al tocar su cabeza con la almohada, se quedó profundamente dormida, conuna hermosa cara con ojeras y una sonrisa de satisfacción, dejándome con ganas de seguir y con un dolor de testículos, lo que pude solucionar hasta el día siguiente.

lunes, 20 de julio de 2009

BAR SWINGER

Llegamos ella y yo, a un bar swinger en la zona rosa, dispuesto a todo. Ella vestía un pantalón que le dejaba ver su hermoso trasero y una discreta blusa que dejaba a la imaginación su sensual busto, con un ligero toque de labial en sus riquísimos labios.


Al sentarnos en una mesa que se encontraba alrededor de la pista, nos percatamos que enfrente de nosotros se encontraba otra pareja, él de 40 años, alto, cabello castaño claro, delgado; ella de mediana estatura, a primera vista atractiva, el cabello pintado de rubio. Nos quedamos viendo pero ninguno de las dos parejas se atrevió a romper el hielo.

Al transcurrir el tiempo, y algunas copas, las cuales nos hicieron desinhibirnos, decidimos subirnos al cuarto oscuro. Ahí nos percatamos de que había dos o tres parejas besándose y acariciándose. Nos sentamos en un diván, fue entonces que ella se agacho me bajo el cierre del pantalón, me desabrocho el cinturón y el mismo pantalón, me bajo la ropa interior y me empezó a hacer un excitante amor oral (como dicen los gringos un blow job). Mientras que las demás parejas seguían en sus respectivas actividades.



Cuando la bestia ya se había despertado fue el momento de que nos desvestimos y quedamos completamente desnudos, ella se acostó sobre el diván, yo encima de ella, le abrí las piernas, me coloque en medio de ella y empecé a penetrarla poco a poco; ella me miraba con unos ojos llenos de malicia, picardía y morbo. Termine de penetrarla completamente y en eso recordé que estábamos en medio de un cuarto semi oscuro en un bar swinger, por lo que me percate que las tres parejas que se encontraban en el lugar habían dejado de hacer lo que estaban haciendo y empezaron a observarnos.


En ese momento, ella me recordó que me estaba esperando, que estaba esperando las embestidas a las que la he acostumbrado, por lo que me acerque a ella, ya que estaba sobre mis rodillas, y comencé a acariciarla, a tocar sus senos y besarlos, a moverme poco a poco, despacio, disfrutando el momento, introduciéndome poco a poco. Sin dejarle tiempo a que piense lo que estamos haciendo.


Ella se abraza a mi espalda, cual naufrago a punto de ahogarse. Me clava las uñas y me deja su boca a mi disposición, la cual beso e invado con mi lengua; mi lengua hurga entre sus dientes, sus labios, toca su paladar; mientras con mi mano derecha ubicada arriba de su nuca, alzo su cabeza para que mi lengua llegue lo más profundo de su boca y sienta que también la penetro por ahí.


Al mismo tiempo estoy realizando movimientos con mi cadera. Entra y sale mi bestia, la cual esta a su máximo esplendor. Su ranura, cada vez que sale la bestia, intenta detenerla y, cuando regresa, se abre para darle la bienvenida. Húmeda y calida la ranura. Su hendidura. Sus labios me recuerdan a su hendidura.


Ella alza las piernas, busca que entre más mi bestia en ella, en eso, empieza a temblarle las piernas; se agarra de mi espalda y me muerde el hombro y, empieza a agonizar, siente que se va y su hendidura empieza a palpitar, sale el jugo de ahí, el sensual y provocativo jugo. Cuando termina su agonía, recordamos que estamos en un cuarto oscuro y volteamos a ver a los que desde un principio se encontraban ahí, pero no vemos a nadie. Ninguna persona se quedo en el cuarto.

Nos vestimos y bajamos al bar, a continuar con la convivencia. Y nos encontramos nuevamente enfrente de nosotros con al pareja inicial. Saludamos y ellos nos sonrieron. Había empezado el espectáculo, el maestro de ceremonias presentaba a una atractiva mujer quién en una forma sensual se desnudaba enfrente de la concurrencia; después de ella, presentó a un hombre musculoso quien también en forma de baile se desnudaba; el tercer acto es que la pareja tuvo relaciones sexuales enfrente del público y antes de que terminara él, se levantaron y pasaron a cada mesa con cada pareja a hacer un pequeño intercambio.

En ese momento, y al beber otras copas, decidimos subir nuevamente, al entrar al cuarto oscuro nos percatamos que lo teníamos para nosotros solos, así que nos apoderamos nuevamente del diván, nos desnudamos y empezamos nuevamente con nuestro ritual. Al verla desnuda empecé a tocar sus senos, a besarlos y chupar sus hermosos y eróticos pezones. Los cuales empezaron a ponerse duros, al verle la cara la encontré mirándome de una forma lujuriosa y con la lengua entre los dientes, señal que me indica que ya su cavidad se encuentra en proceso de humedecerse, por lo que junte mis labios con los suyos, sus carnosos y sensuales labios y nos entregamos en un profundo e invasor beso, en donde nuestras lenguas buscaban invadir la cavidad del compañero.

Mientras tanto, su mano traviesa empezó a acariciar mi miembro, buscaba ávidamente despertar a la bestia, lo cual no costo mucho trabajo. En ese momento la acosté en el diván nuevamente, me coloque encima de ella y empecé a penetrarla, ahora sin consideración, recordando que no había nadie en el cuarto y que todos estaban viendo el show, teníamos el momento para nosotros solos.

Al empezar a penetrar su erótica cavidad, sentía como ella se agarraba de mi espalda y cuello, por cada centímetro que penetraba, sentía como su aliento se iba cortando y sus uñas y dientes clavando en mi piel.

Al penetrarla completamente, salió un ruido de su boca, casi gutural, casi animal. Comencé con el movimiento y, habrá sido por las copas, por el espectáculo, por el morbo de hacerlo en un cuarto oscuro de un bar swinger o la combinación de todo lo anterior, terminó de una forma excitante, su mirada se perdía en el espacio, su lengua entre los dientes, sus piernas comenzaban a temblar y su cuerpo se retorcía y se calentaba en segundos. Al venir ese orgasmo tan profundo decidimos detenernos para continuar con la velada. Al levantarnos nos percatamos de que se encontraba la pareja de la mesa de enfrente haciendo el amor al otro extremo de la habitación, ella acostada en un sillón, él parado moviéndose. Observamos que ni siquiera él se había bajado los pantalones, únicamente los tenía desabrochados y ella se había subido la falda. Nos quedamos observando y nos dio pena la entrega de los dos para el acto sublime del amor.


Nos vestimos lo más callados que pudimos y bajamos al bar a continuar con la velada. El show ya había acabado y las parejas se encontraban bailando unas con otras. Terminamos nuestras bebidas que nos estaban esperando y volvimos a subir al cuarto para terminar la velada esa noche.

Al entrar al cuarto oscuro, nos dimos cuenta que varías parejas se encontraban haciéndolo, sobre todo la mujer de la mesa de enfrente, pero ahora con otra persona. Ella, mi pareja, me atrajo la atención cuando me bajo los pantalones y empezó a besar y succionar a mi miembro. Se lo metía todo a la boca, por lo que, poco a poco iba despertando mi aparato. En eso una pareja se sentó a un lado de nosotros, quienes ya nos encontrábamos desnudos, al vernos como ella me lo succionaba, mejor se pasaron al sillón de enfrente para observarnos mejor. Cuando la bestia ya estaba lista, la levante y la puse encima de mi, sentada sobre mis piernas, dejando que ella se empalara sola, buscando la doble penetración de alguien que en su momento se hubiera atrevido, lo que simplemente no sucedió.

Ella se movía rápidamente de arriba hacia abajo, buscando que mi bestia penetrara cada vez más en sus entrañas, en su cavidad. Mientras tanto, yo besaba y succionaba sus hermosos pechos y pezones. Ella al moverse más rápido llego a su último orgasmo del lugar, se recargo sobre mi hombro y pidió que ya nos fuéramos del lugar para poder estar solos.


Al empezar a incorporarnos nos dimos cuenta que se encontraban varias parejas, quienes únicamente se dedicaron a observarnos; en ese momento mi pareja me comentó que deberíamos cobrar la sesión para la siguiente visita, lo que no me pareció descabellado. Nos vestimos, bajamos, pedimos la cuenta, pagamos y salimos del lugar, buscando otro en donde estuviéramos solos y así poder descargar a la bestia, la cual ya tenía un ligero dolor en los testículos.

jueves, 16 de julio de 2009

La habitación

Estamos en la habitación, las cortinas se encuentran cerradas, no podemos ver la calle y la gente que va caminando por ella no podrá vernos más. La televisión se encuentra encendida en un canal nacional y la cama se encuentra hasta el otro lado del cuarto.
Ella se encuentra viendo la televisión de píe; me acerco a ella despacio, ella se encuentra, vestida y de espaldas a mí, prestando su atención al aparato televisivo; me acerco y la abrazo, paso mis brazos alrededor de su cuerpo, a la altura de su bello abdomen. Con una mano le acaricio el abdomen y con la otra empiezo a jugar con uno de sus hermosos pechos, veo que coloca su sensual lengua entre sus dientes, cierra los ojos y respira profundo, es señal que me estaba esperando.
La volteo le miro a los ojos, abrazándola, le doy un beso, al principio nuestros labios se tocan, después, empiezan nuestras lenguas a jugar dentro de nuestras bocas. Nuestras manos empiezan a recorrer nuestros cuerpos.
Nos desvestimos poco a poco, gozando el momento y gozando nuestros cuerpos, al momento de estar totalmente desnudos me separo para apreciar su cuerpo, la veo, la admiro y mi hombría crece al sentirla cerca y desnuda.
Nos acostamos en la cama –la cama nos recibe- yo me coloco encima de ella, con la intención de hacerle el amor; empiezo a tener el control del acto, poco a poco voy reduciendo sus defensas, con mi cuerpo encima no puede moverse libremente, no puede huir.
Empiezo a besarla en su deliciosa boca, en sus hermosos pechos y sobre todo, en su cuello, punto flaco que le provoca doblar las rodillas y perder la fuerza y la resistencia. Coloco sus brazos encima de su cabeza con el objeto de que no los pueda usar. Con una mano controlo sus brazos y con la otra acaricio sus piernas delgadas, sus hermosos pechos y su sensual trasero.
Me coloco sobre mis rodillas y sobre uno de mis brazos, y preparo a la bestia, que se encuentra en toda su magnitud para que embista. Con una rodilla abro sus delgadas piernas, y me coloco en posición, ella, con su sensual lengua entre los dientes y con un brillo en su mirada, espera ser embestida, sin poder evitarlo ya que continúa con los brazos encima de su cabeza.
Juego un poco, coloco a mi bestia en la entrada de su hendidura, hendidura que es mi perdición, y paso a mi bestia a lo largo de esa hendidura. Ella con las caderas busca a mi bestia, con su mirada me pide que entre y con su voz solicita que la deje en paz, que ya la deje; situación contradictoria que no presto atención.
Decido embestirla y mi bestia entra hasta el fondo de la hendidura; siento como va abriendo el canal húmedo y como llega hasta el tope. Ella, detiene la respiración, vuelve la cabeza hacia atrás y saca su sensual lengua entre los dientes.
Empiezo a moverme lentamente, manteniendo sus brazos encima de su cabeza todavía, con el objeto de que no se defienda y no huya. Me muevo despacio, poco a poco, aumentando la intensidad, mientras la veo a los ojos y observo como le brillan, como solicita que le devore la boca con mis besos y que la acaricie con mi mano libre.
Estoy encima de ella, sobre mis rodillas y controlando sus brazos con mi mano izquierda, aumentando la intensidad de mis movimientos; coloco sus piernas encima de las mías, para poder entrar un poco más en su hendidura, en mi perdición; me acuesto sobre ella, siento sus hermosos pechos en mi pectoral, y su aliento cortado en mi oído. Le muerdo el cuello, su punto débil. Trata de sacar a la bestia estirando las piernas, pero en esa posición no puede, me trata de morder el hombro, de clavarme sus dientes, la esquivo y vuelvo a morder su cuello, en eso, estira su hermoso cuerpo, hace su cabeza hacia atrás y grita. Siento como su cueva empieza a palpitar, a cobrar vida, empieza a correr un líquido de amor, de pasión y llega a envolver a la bestia en su totalidad.
Le suelto los brazos, ya no intenta huir, trata de escapar pero su cuerpo pide más, peleamos, la domino nuevamente, me acuesto sobre ella y la bestia vuelve a embestir, la penetra, la empala.
Ella suelta un quejido, un delicioso quejido y me clava las uñas en mi espalda. Su orgullo evita pedirme más, pero su pasión gana y me solicita más. Me vuelvo a mover, pero esta vez, con fuerza y rapidez. Entro y salgo. Ella alza sus piernas para que el acto sea más profundo. La cavidad se encuentra húmeda, la bestia en su esplendor. Llega el segundo. Un grito, las uñas clavadas y esta vez no puedo escapar a sus dientes, me muerde el hombro.
Ella acostada, coloco sus piernas en mi pecho, yo encima de ella, la penetro de esa forma, paso mis brazos debajo de su espalda y llegan hasta sus hombros, en los cuales me apoyo y la empiezo a mover, lentamente, veo su expresión. Como sus ojos brillan y como coloca nuevamente su lengua entre sus dientes, su sensual lengua.
Empiezo a moverme con más rapidez y viene el tercer grito, y la cavidad recobra nuevamente la vida. Como si quisiera salirse de ahí. Buscar su propio camino. La bestia se encuentra orgullosa. Retorna el líquido sensual y erótico.
Me acuesto boca arriba, la coloco sobre mí, le doy oportunidad de huir o de continuar, ella escoge lo segundo, se empala ella misma y empieza a cabalgar lentamente. Observo como es devorada la bestia por aquella hendidura, la cual, a veces pienso que tiene vida propia. La engulle. De repente la detengo en su cabalgata y coloco sus plantas de los pies juntas sobre mi abdomen, eso le provoca otra agonía. Grita, me clava las uñas y vuelve a palpitar la cavidad.
La coloco nuevamente boca arriba sobre la cama, me pongo encima de ella. Sus brazos nuevamente los paso encima de su cabeza y con el brazo derecho detengo su pierna izquierda. Mi mano baja a su cadera y se la levanto, la bestia llega hasta el fondo de la cavidad y ella grita de nuevo. Busca clavar sus dientes en mis hombros, logro esquivar la mordida, pero ella no puede esquivar el empalamiento.
Mi dedo de la mano que le esta levantando su cadera, busca su puerta trasera, la encuentra y empieza a jugar con ella. Mientras tanto, la bestia entra y sale, de manera lineal y circular. Mi dedo penetra su puerta trasera, mi bestia se siente acompañada. Al sacar de ahí mi dedo, viene otro grito, el cuerpo se curvea y la cabeza se vuelve hacia atrás. Nuevamente la palpitación y el correr del líquido surgen.
En ese momento, decido que es hora de que la bestia tenga su erupción, por lo que me empiezo a mover rápidamente, únicamente utilizando su cuerpo, me muevo hasta llegar a ese punto del no retorno y explota la bestia dentro de su cavidad. Siento que la columna se descarga, que la cintura se dobla.
Ella, por mientras, tiene los ojos cerrados, su sensual lengua asoma entre sus dientes, presenta un brillo en la cara así como ojeras, lo que le hace lucir hermosa.
La habitación, impasible fue observador de este momento.