Fuimos, ella y yo, al lugar de costumbre, a la cantina que se ubica en la Zona Rosa para cargar baterías. Salimos de ahí un poco alcoholizados. Caminamos por el área buscando un lugar que nos pusiera a punto. Entramos en un antro homo, buscando una pareja lesbi para un encuentro, ya que ella, en ese momento era un homocurios. En el antro homo, no encontramos a la candidata por lo que procedimos a retirarnos.
Al seguir caminando, ya para eso eran como las dos de la madrugada, nos abordó un llamado tarjetero, que nos invitaba a un antro a bailar. En ese momento le pregunte a ella si había entrado alguna vez en su vida a un table, contestando negativamente, a lo que comente si le gustaría entrar y que le bailaran, en ese momento sacó la lengua entre los dientes, señal de que ya había prendido en su eros.
Le pregunte al tarjetero si conocía alguno en el área en donde podría entrar con mi mujer, llevándonos a uno del otro lado de Insurgentes; un lugar lleno de hombres de traje, lleno, olía a alcohol, cigarro y mujeres. Las mujeres bailando en las diferentes pistas que hay en el lugar. Nos sentamos en una mesa, cerca de la pared, para poder controlar cualquier situación, ya que al entrar todos los comensales nos voltearon a ver en forma lujuriosa.
Ella se puso nerviosa por el lugar, ya que a parte de estar lleno de personas, estaba abierto a todas las miradas y no había privacidad alguna. Por lo que decidimos salirnos y buscar otro más privado. Regresamos a la zona rosa y por la calle en donde entrábamos al área encontramos otro, discreto. Preguntamos si podía entrar mi pareja a lo que los cuidadores de la puerta comentaron que no había ningún problema.
Entramos al lugar, había poca gente, un lugar discreto. Ya que los clientes que había no se fijaban en quien entraba o salía, solamente en su asunto, por lo que le dio confianza. No sentamos y pedimos unas bebidas para cada uno. Estábamos viendo el show de las mujeres, y le pregunte quién le gustaría que le bailara.
En la pista se encontraba una mujer como de treinta años, morena, de piel suave, cabello negro quebrado, sensual, senos firmes y un rico trasero. Los labios ricos. Le fascinó. Me comentó que ella le gustaba, por lo que le pregunté a la boletera si podía comentarle a la mujer señalada si le gustaría hacerle un baile a mi mujer.
Al terminar su show, la boletera se le acercó y le preguntó si estaba dispuesta a bailar para una mujer, y nos señalo, cuando la observé que había sonriendo, supuse su aceptación, viniendo a nuestra mesa desnuda, le preguntó el nombre a mi pareja y se sentó sobre sus piernas de frente, y con la música de fondo empezó a bailar.
La bailarina le empezó a bailar en forma sensual, dejando caer sus hermosos senos a la cara de mi mujer quien empezó a tocar sus piernas y su hermoso trasero. La acarició totalmente. La bailarina seguía moviéndose eróticamente, rotando su cadera sobre la cadera de mi mujer, alzando los brazos para que sus pechos lucieran amplios, mi mujer la tocaba, la acariciaba, la besaba sus senos, sus pezones parados, le olía su olor se excitaba, seguía la música, seguía el baile.
Por mientras yo, al observar a las dos mujeres tocándose, acariciándose pensé que ésto es lo más cercano al cielo. Me toque mi entre pierna y ví que mi miembro había despertado y que quería participar en las caricias.
Termina la música y el tiempo, la bailarina se acomoda el cabello, le sonríe a mi mujer y le da un beso sensual en los labios, alcanzo a ver sus lenguas tocarse una a otra. Salimos de ahí en silencio, ella pensaba en su experiencia, en el olor de esa mujer, en su tacto y yo en la escena que pude presenciar.