Drunna

Drunna

viernes, 4 de septiembre de 2009

JUGUETES SEXUALES

Un sábado por la tarde, ella y yo caminábamos por la zona rosa cuando pasamos por enfrente de una sexo shop a donde decidimos entrar para ver las novedades. Cuando estábamos enfrente de los juguetes sexuales, nos encontramos con un dildo delgado y corto, ideal para el juego en la puerta trasera. Decidiendo en eso momento en adquirirlo.
Nos fuimos al bar acostumbrado en donde ella se tomó sus palomas con tequila y yo mis respectivas cervezas. Al ponernos al punto las bebidas alcohólicas, decidimos salirnos para empezar con la ronda en la muy conocida zona rosa.
Al estar en condiciones para empezar con nuestros juegos eróticos, procedimos al hotel más cercano de la zona rosa, al llegar solicitamos una habitación, en donde empezamos con nuestras perversiones. Comenzamos como toda pareja de amantes que tienen la idea de regresar a los lugares de trabajo, nos desvestimos.
Siempre que ella esta en ropa interior o desnuda, mi bestia empieza a despertar, poco a poco solicita que se le libere de la prisión que es la trusa. Me acerco a ella, tomo uno de sus pechos con una mano, le cubro parcialmente, dejando su sensual pezón entre mis dedos, para poder besarlo, mientras que con la otra mano, le rodeo su cintura y atraigo su cuerpo junto al mío.
Le baje su calzón, sintiendo sus hermosas nalgas entre mis manos, y besando su deseable boca, la acuesto sobre la cama, mientras ella me abraza y toca mi espalda. Coloco una pierna entre las suyas, con el propósito de que con ese muslo le rose su zona prohibida. Mientras que con su muslo, va tocando y motivando a la bestia, besándonos todo el tiempo.
Cuando la bestia esta en su esplendor, así como ella húmeda y con el movimiento de sus caderas solicita la intromisión a su ser; me coloco en posición y sin miramientos le introduzco de un solo golpe a la bestia, provocando en ella un hermoso quejido, su movimiento de cabeza hacia arriba y los ojos cerrados.
Me salgo de ella, me coloco en la tradicional posición número 69, ella boca arriba, con mis piernas detengo sus brazos, la inmovilizó. Le introduzco mi miembro en su boca, miembro que escurre de sus jugos entra hasta el fondo de su boca. Mientras ella se atraganta con la bestia, yo me inclino y empiezo a jugar con su hermoso y sensual pozo. Su hendidura del deseo. Sus labios de mi perdición.
La penetro con el dildo, juego con ella, se lo meto y se lo saco, dejo que se empape de sus líquidos, oigo sus quejidos, no se si se debe al juego que hago entre sus piernas o porque mi miembro llega hasta el fondo de su boca.
La coloco sobre la cama, sobre sus manos, pies y rodillas, en posición de seis puntos, la penetro con mi miembro por atrás…. Ella gime y levanta la cabeza, lo que aprovecho para agarrarle el cabello y tirárselo para atrás; ella se excita con la acción, me muevo más rápido cada vez más rápido. Ella se deja llevar y cierra los ojos, quiere hacer la cabeza para adelante pero no puede porque la tengo agarrada por los cabellos y se los jalo para que no se le olvide quien es el que lleva el control. Ella empieza a temblar, empieza a quejarse cada vez más, empieza a insultar y solicitar que la deje, en eso comienza a palpitar su vagina, siente que se desmaya, pero la obligo a mantener la posición, empieza con el orgasmo, siento que me quiere tragar a mi miembro, a succionarlo y en eso, siento como comienza a recorrer un líquido entre mi miembro y mis testículos.
En ese momento de distracción por parte de ella, aprovecho y coloco el dildo en la entrada de su puerta trasera, ella tratándose de recuperar, se voltea para ver que es lo que estoy haciendo y a instante de que abre la boca para reclamar, le introduzco el dildo por su erótico hoyuelo, mientras que la bestia reposa adentro de su vagina.
Se lo voy introduciendo, ella gime y baja la cabeza, la bestia siente una intromisión del otro lado de la pared, se siente extraordinariamente bien; ella se encuentra al borde de la locura. Al terminar de penetrar todo el dildo, dejando únicamente afuera el tope que tiene, la agarro nuevamente de su cabello y empiezo a galopearla nuevamente, con el efecto de que en cada embestida, no solamente penetra mi miembro, sino que con mi abdomen empujo el dildo y así, al unisono entramos y salimos de los dos orificios.
Ella se deja llevar, no opone resistencia, esta al borde del desmayo, yo sigo cabalgando cada vez más rápido, estoy llegando al punto del no retorno, todavía puedo detenerme para continuar con la sesión, sin embargo, la sensación de que algo que se encuentra dentro, del otro lado de la pared y esta rozando a mi miembro es algo única, por lo que decido continuar hasta llegar al punto del no retorno y exploto en una eyaculación fantástica. Mientras ella, se encuentra en un estado de letargo, únicamente se encuentra murmurando, sintiendo como la estoy utilizando. Al terminar, saco mi bestia de su vagina y el dildo de su puerta trasera; ella se acuesta, la tapo y se queda profundamente dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario