Alcé la mirada al sentir su lengua sobre m pezón derecho. Volví a cerrar los ojos, apretando el pecho contra él, acercándome más a su piel. Me acarició con las mejillas, con las orejas, con todo el pelo. Se alzó sobre mí y besó mi boca abierta. Por encima de la camisa, le acaricie la cintura, los hombros, los músculos tensos de los brazos. Como una ciega, viajé hasta su pecho y le acaricié los pezones erectos. Con las puntas de los dedos, me rozó los muslos cálidos por encima de las medias. Luego se arrodilló en el suelo y me recorrió los muslos con los labios. Me desabrochó el liguero, me bajo las medias con la lengua y, después, me besó suavemente junto al borde de las bragas, deslizando la lengua por debajo, lamiéndome el vello púbico. Le amaba. Me moría por él.
(Lynn Scott Myers: "Jovencitas, tomad nota")
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