Drunna

Drunna

lunes, 28 de septiembre de 2009

LAS CUERDAS

Vamos caminando por las calles de Coyoacán, en la Ciudad de México, ella va enojada, mal humorada, sin explicación alguna, me detengo en un puesto en donde venden lienzos tejidos tipo bufandas pero más delgados, compro dos de color negro; ella me voltea a ver con más rencor.
Tomamos un pesero para ir a la Av. Tlalpan, nos introducimos en el hotel de costumbre, ella sigue de mal humor, con cara de “que estoy haciendo aquí”. Nos desvestimos y en el momento en que ella se acuesta sobre la cama, saco los lienzos tejidos y con una amarro su muñeca derecha con su tobillo derecho y con la otra amarro su muñeca izquierda con su tobillo izquierdo, cuando ella se da cuenta de la situación, se sorprende de que se encuentra totalmente a mi disposición.
Empiezo a besarla, ella no puede usar sus manos y tampoco puede cerrar las piernas, la mantengo boca arriba; tomo sus hermosos pechos y los empiezo a besar y a estrujar entre mis manos, ella comienza a gemir y a solicitar que la desamarre, lo cual no cumplo con su petición.
Mi bestia empieza a crecer poco a poco, ya que la situación es de lo más erótico posible, las ganas de penetrarla aumentan a cada segundo, sin embargo, sigo recorriendo su cuerpo con mis manos y con mi boca; ella, con los ojos cerrados, gime y solicita que le introduzca mi bestia.
El animal esta despierto totalmente, buscando entrar en cualquier orificio, por lo que me subo a sus hombros, pongo mis rodillas alrededor de su cabeza y le tapo la nariz, lo que hace que abra su boca para poder respirar y en eso le introduzco la bestia hasta el fondo de su boca; ella, abre sus ojos debido al tamaño de la bestia, la cual toca sus anginas y su campana provocando el vómito en ella. A cada horconada saco a mi bestia para que ella se recupere.
Con las manos amarradas no puede defenderse. Continúo con la sesión de amor oral o sexo oral, hasta que tiene la tercera horconada, por lo que me coloco entre sus piernas para penetrarla sin miramientos, ya que se encuentra totalmente húmeda.
La penetro de un solo golpe y ella gira su cabeza hacia arriba e inmediatamente tiene su primer orgasmo, siento como su vagina palpita, como corre su líquido a través de mi miembro y grita y, lo peor o lo mejor, es que no puede estirar las piernas debido a que las tiene amarradas con sus manos.
Coloco mi mano debajo de su cintura, con la cual se la levanto y penetro un poco más, me muevo de diferentes formas, lento, rápido, en forma circular, y ella llega a su segundo orgasmo.
Al terminar ella con su orgasmo, sin tregua alguna, meto mi dedo por su puerta trasera, y como se encuentra amarrada, no puede hacer nada para evitarlo; mi miembro se encuentra dentro de su vagina, y mi dedo la perfora por la puerta trasera. Mi dedo toca a través de la pared que divide la vagina con el ano, mi miembro el cual se muestra más duro que al principio por tanta excitación. Me muevo en forma violenta, más y más rápido, escucho únicamente sus quejidos y respiraciones entre cortadas. Cuando saco mi dedo de su puerta trasera viene su tercer orgasmo. Su vagina palpita tratando de sacar de su espacio a la bestia, trata de estirar sus piernas pero no puede, trata de mover sus brazos pero esta impedida y lo único que hace después de terminar con su orgasmo es maldecirme.
La volteo y la coloco en posición de cuatro puntos, solo que en esta ocasión, sus brazos se colocan por dentro de sus piernas y como no se puede sostener con los mismos, su cara da sobre la cama. La observo mientras que con una mano me toco mi miembro viril, observo que esta completamente expuesta. Veo sus labios hinchados esperando que entre la bestia, pero también veo su entrada prohibida, su puerta trasera, la cual también me llama a penetrarla.
Decido penetrarla normalmente, la tomo por las caderas y ella, que se encuentra en una situación de letargo, indefensa completamente, únicamente logra sacar de su boca un ligero quejido, con una mano controlo sus caderas y con la otra, agarro su cabello y trato de levantar su cabeza, lo que no se puede debido a su situación.
Empiezo a moverme rápidamente y siento que le llega su cuarto orgasmo, me corta la inspiración debido a que busco terminar y como ella tuvo su orgasmo, su vagina se afloja, así como su cuerpo, por lo que la volteo boca arriba y observo que tiene los ojos cerrados, los labios de su boca abiertos, la lengua entre los dientes, la penetro de un solo golpe y coloco su rodilla izquierda sobre mi hombro, lo que le provoca cierto dolor mezclado con un placer sexual.
Empiezo a moverme y encuentro ese punto especial de sensación, con el cual me acerco a la eyaculación, lo mantengo, lo sigo trabajando, ella se convierte en un instrumento, me muevo más rápido, paso el punto del no retorno y empiezo a llenar su vagina con mi semen.
Ella logra su último orgasmo, el sudor nos cubre a los dos, sin salirme empiezo a desamarrar sus manos, ella ya no reacciona, simplemente se encuentra perdida. La desato completamente, me salgo de ella y la cubro con las cobijas de la habitación, se queda dormida y yo la admiro cubierto de sudor y de un extraño placer.

viernes, 4 de septiembre de 2009

esensia sumisa: Pasion

esensia sumisa: Pasion

JUGUETES SEXUALES

Un sábado por la tarde, ella y yo caminábamos por la zona rosa cuando pasamos por enfrente de una sexo shop a donde decidimos entrar para ver las novedades. Cuando estábamos enfrente de los juguetes sexuales, nos encontramos con un dildo delgado y corto, ideal para el juego en la puerta trasera. Decidiendo en eso momento en adquirirlo.
Nos fuimos al bar acostumbrado en donde ella se tomó sus palomas con tequila y yo mis respectivas cervezas. Al ponernos al punto las bebidas alcohólicas, decidimos salirnos para empezar con la ronda en la muy conocida zona rosa.
Al estar en condiciones para empezar con nuestros juegos eróticos, procedimos al hotel más cercano de la zona rosa, al llegar solicitamos una habitación, en donde empezamos con nuestras perversiones. Comenzamos como toda pareja de amantes que tienen la idea de regresar a los lugares de trabajo, nos desvestimos.
Siempre que ella esta en ropa interior o desnuda, mi bestia empieza a despertar, poco a poco solicita que se le libere de la prisión que es la trusa. Me acerco a ella, tomo uno de sus pechos con una mano, le cubro parcialmente, dejando su sensual pezón entre mis dedos, para poder besarlo, mientras que con la otra mano, le rodeo su cintura y atraigo su cuerpo junto al mío.
Le baje su calzón, sintiendo sus hermosas nalgas entre mis manos, y besando su deseable boca, la acuesto sobre la cama, mientras ella me abraza y toca mi espalda. Coloco una pierna entre las suyas, con el propósito de que con ese muslo le rose su zona prohibida. Mientras que con su muslo, va tocando y motivando a la bestia, besándonos todo el tiempo.
Cuando la bestia esta en su esplendor, así como ella húmeda y con el movimiento de sus caderas solicita la intromisión a su ser; me coloco en posición y sin miramientos le introduzco de un solo golpe a la bestia, provocando en ella un hermoso quejido, su movimiento de cabeza hacia arriba y los ojos cerrados.
Me salgo de ella, me coloco en la tradicional posición número 69, ella boca arriba, con mis piernas detengo sus brazos, la inmovilizó. Le introduzco mi miembro en su boca, miembro que escurre de sus jugos entra hasta el fondo de su boca. Mientras ella se atraganta con la bestia, yo me inclino y empiezo a jugar con su hermoso y sensual pozo. Su hendidura del deseo. Sus labios de mi perdición.
La penetro con el dildo, juego con ella, se lo meto y se lo saco, dejo que se empape de sus líquidos, oigo sus quejidos, no se si se debe al juego que hago entre sus piernas o porque mi miembro llega hasta el fondo de su boca.
La coloco sobre la cama, sobre sus manos, pies y rodillas, en posición de seis puntos, la penetro con mi miembro por atrás…. Ella gime y levanta la cabeza, lo que aprovecho para agarrarle el cabello y tirárselo para atrás; ella se excita con la acción, me muevo más rápido cada vez más rápido. Ella se deja llevar y cierra los ojos, quiere hacer la cabeza para adelante pero no puede porque la tengo agarrada por los cabellos y se los jalo para que no se le olvide quien es el que lleva el control. Ella empieza a temblar, empieza a quejarse cada vez más, empieza a insultar y solicitar que la deje, en eso comienza a palpitar su vagina, siente que se desmaya, pero la obligo a mantener la posición, empieza con el orgasmo, siento que me quiere tragar a mi miembro, a succionarlo y en eso, siento como comienza a recorrer un líquido entre mi miembro y mis testículos.
En ese momento de distracción por parte de ella, aprovecho y coloco el dildo en la entrada de su puerta trasera, ella tratándose de recuperar, se voltea para ver que es lo que estoy haciendo y a instante de que abre la boca para reclamar, le introduzco el dildo por su erótico hoyuelo, mientras que la bestia reposa adentro de su vagina.
Se lo voy introduciendo, ella gime y baja la cabeza, la bestia siente una intromisión del otro lado de la pared, se siente extraordinariamente bien; ella se encuentra al borde de la locura. Al terminar de penetrar todo el dildo, dejando únicamente afuera el tope que tiene, la agarro nuevamente de su cabello y empiezo a galopearla nuevamente, con el efecto de que en cada embestida, no solamente penetra mi miembro, sino que con mi abdomen empujo el dildo y así, al unisono entramos y salimos de los dos orificios.
Ella se deja llevar, no opone resistencia, esta al borde del desmayo, yo sigo cabalgando cada vez más rápido, estoy llegando al punto del no retorno, todavía puedo detenerme para continuar con la sesión, sin embargo, la sensación de que algo que se encuentra dentro, del otro lado de la pared y esta rozando a mi miembro es algo única, por lo que decido continuar hasta llegar al punto del no retorno y exploto en una eyaculación fantástica. Mientras ella, se encuentra en un estado de letargo, únicamente se encuentra murmurando, sintiendo como la estoy utilizando. Al terminar, saco mi bestia de su vagina y el dildo de su puerta trasera; ella se acuesta, la tapo y se queda profundamente dormida.